arquitectura y sociedad

Colegio de arquitectos de México
Sociedad de arquitectos mexicanos

 

Se ha dicho muchas veces que la Arquitectura es el reflejo de la humanidad a través del tiempo; ella es el testimonio material de signos y símbolos; es el escenario de la miseria y el éxtasis del hombre. <br>En esta ocasión presentamos dos aspectos contrastantes, pero igualmente válidos, de ese testimonio y reflejo humano: por una parte, una serie de condominios de lujo en Polanco que revelan el oficio de sus diseñadores; por la otra, una imagen del de Tepito, el «Arte Acá», que nos habla de un barrio inmerso «allá», en el legendario centro de la Ciudad de México. «Lo popular» se aleja del gabinete para que caminando por la calle encontremos al hombre de todos los días que subsiste en una ciudad cuyo desmedido crecimiento y pérdida de calidad de vida lo orilla a buscar su barrio, espacio urbano en el cual se proyectan sus ideales de cultura y formas sociales, sus requerimientos inmediatos, aspiraciones y sueños. Tepito es la célula urbana netamente mexicana, con todos los defectos y cualidades que el término implica, desde la cual se percibe la ciudad la gente, el gobierno, el arte. . . y lo más importante: la toma de conciencia individual, el conocimiento propio de un pasado, de un futuro, de lo que se es.

PABLO CASO

Desde 1955 con el respaldo material y moral de la UNESCO, la UTA organiza un concurso internacional de proyectos estudiantiles de arquitectura que reúne en torno a un tema común trabajos de escuelas de todo el mundo. Esta manifestación se realiza cada tres años, y aspira a coadyuvar a la cooperación internacional mediante la propuesta de soluciones a los problemas de arquitectura y urbanismo a que hoy deben enfrentarse las comunidades del mundo entero.
Con el tema «el arquitecto al servicio del usuario creador de su vivienda» para el Premio UNESCO 1984, los participantes debían proponer el método y proceso por los que el maestro de obras o bien el grupo de usuarios de su elección (cualquiera que fuese su contexto socioeconómico) podrían concebir, primero, su propia casa-habitación; luego, un agrupamiento de varias viviendas y, por último, sus alrededores inmediatos. También podía diseñar y desarrollar urbanísticamente todo un barrio, siempre que su población no excediera de cinco mil habitantes. Los concursantes debían exponer sus propuestas -y las variaciones metodológicas para su aplicación gráficamente, en forma de cuatro diapositivas.

Mural

El Jurado se reunió del 13 al 15 de diciembre de 1983 en la Sede del Consejo Nacional de la Orden de Arquitectos Franceses, en Paris examinó 185 proyectos urbanísticos de estudiantes de 44 distintas nacionalidades.

Tras deliberar, los miembros del Jurado decidieron guiarse por cinco criterios fundamentales, asignando a cada proyecto una calificación de 1 a 3 puntos en razón de su nivel de respuesta a cada uno; dichos criterios fueron. 

1) el grado de participación de los usuarios en el proceso de diseño;
2) la definición y exposición satisfactoria de los instrumento psicológicos y sociales para la concepción del diseño por los usuarios;
3) si los medios técnicos de construcción eran apropiados y respondían a los deseos de los usuarios;
4) si la vivienda propuesta permitía la adaptación y puesta en marcha de un sistema de planificación urbana, y
5) si la información textual y gráfica contenida en el proyecto resultaba directo y claramente comprensible a los usuarios que lo aplicarían. También se consideró si el proyecto se inscribía en una situación real; si mostraba atención especial a su contexto futuro; la descripción del proyecto; la originalidad en las propuestas; la aspiración a colaborar en pie de igualdad con los usuarios, y el haberse enfrentado los estudiantes a dificultades o restricciones poco usuales durante la realización de sus proyectos. El Jurado se mostró muy impresionado por las respuestas ofrecidas a este desafío. Se hizo claro, según consta en su comunicado, «que la necesidad de que se implanten nuevos métodos de aprendizaje y práctica de la profesión en estrecha cooperación con la población y para el mayor beneficio de todos, ha desembocado en una toma de conciencia que ya es universal.» Muchas escuelas, especialmente de países con bajo nivel de vida, concedieron gran importancia a la participación de sus estudiantes en la Confrontación, mientras que las de países de nivel de vida muy elevado y gran experiencia en este campo hicieron sentir su ausencia.

De las numerosas investigaciones al respecto realizadas por países de América del Norte y Europa Occidental se vio poco en la Confrontación, pese a la enorme variedad y a la riqueza de las propuestas presentadas. Aunque admitió que muchos estudiantes no hubiesen podido participar en proyectos reales, el Jurado apreció que un cierto número haya elegido ubicarse dentro de una experiencia en vías de realización. En cambio, le decepcionó la presencia de algunos proyectos que aunque satisfactorios en lo general, no eran más que trabajos escolares puramente convencionales, faltos de originalidad. Estos proyectos trataban sus resultados en forma demasiado global, en menoscabo del método y proceso de vinculación real entre usuarios, arquitectos – y otros participantes, y recurrían a recetas de «modelos estandarizados y reutilizables». Otros más lograron sólo una calificación media por su tendencia a plegarse a actitudes consagradas por la autoridad, desatendiendo el espíritu de interdisciplinariedad profesional y el conocimiento intrínseco que poseen los usuarios sobre su propia situación.

El Premio UNESCO, principal de la Confrontación, se otorgó al grupo argentino Centro Experimental de la Vivienda Económica. Este proyecto, dice el comunicado, «fue uno de los pocos en acumular puntos a cada etapa de su evaluación y del examen en relación con otros proyectos, no pudiendo el Jurado sorprenderlo en falta ante ninguno de los criterios prestablecidos. Si bien otros proyectos lo igualaron, y aun lo superaron en algunos aspectos, ninguno mostró una calidad tan uniforme tanto en los detalles como en su totalidad. Aunque el proyecto apoyó su enfoque metodológico en un caso donde los habitantes son de condición extremadamente humilde (en Córdoba, Argentina), el Jurado estimó que sus principios resultaban igualmente válidos para cualquier otro contexto.

El Premio Kenzo Tange se adjudicó al equipo Politecnika Warszawska, de Polonia, el cual siguió muy de cerca al argentino en la calidad de sus propuestas, aunque con un caso menos interesante; los concursantes no tuvieron que lidiar, como en el caso argentino, con condiciones de extrema pobreza en un contexto de crecimiento urbano excesivamente rápido. Los tres proyectos presentados por el Instituto Xian, de China, avocados respectivamente a problemas de metalurgia, de construcción y de ingeniería, compartieron ex aequo el

Premio de la Orden de Arquitectos Sirios.

Esta tríadad impresionó al Jurado «por la sensatez de sus propuestas a nivel cultural y arquitectónico, su adaptación de las formas del habitat tradicional a las condiciones de vida contemporáneas, y lo minucioso y sutil de sus reflexiones en cuanto a la dinámica de participación de los usuarios se refiere». Lugar destacado en la Confrontación ocupó la participación mexicana: el equipo formado por los estudiantes Almeida, Leñero, Bilbao Rodríguez, Escalona Sola, Esparza Razo, Luna Chacón y Lee Nájera, entre otros, de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue galardonado con el Premio de la Dirección de Arquitectura de Francia «por su excelente nivel técnico, basado, a todas luces, en una experiencia vivida.» De la UNAM también, el equipo formado por A. M. Sánchez, J.L. Gómez Pérez, L.A. Pavón Campos, M. Díaz L. y N. Ortiz López, recogió el Premio del Royal Institute of British Architects.

dibujo

Otros proyectos laureados fueron el • del Instituto King Moungkut, de Tailandia, con el Premio del ó Presidente de la AIA; «excelente y convincente en la resolución arquitectónica de los problemas que se plantea»; el de la Universidad o Santo Tomás, de las Filipinas, con el Premio del Instituto de Arquitectos de Africa del Sur – «un excelente proyecto, del mismo nivel que el tailandés, aunque algo menos convincente en el grado de simplicidad y costo de sus materiales en relación con el usuario» – y el de la Escuela de Bellas Artes de Lituania (URSS), con el Premio del Royal Architectural Institute of Canada, que fue «el más interesante de los presentados s por las escuelas soviéticas, y se destacó por su claridad en la descripción de las soluciones e a instrumentos para la creación del diseño por los usuarios.» t El Jurado otorgó además un número a de menciones especiales, siendo distinguido en una de ellas otro grupo mexicano, esta vez de la Universidad Autónoma Metropolitana (proyecto No 153), «por su desarrollo y no utilización de una tecnología I particularmente adecuada».

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