daniel manrique arias

Por Margarita Carrasco.

Pintar no es fácil, pintar no es nada más hacer florecitas, retratos o marinas; pintar es filosofar, es preguntarse qué función desempeña uno dentro de la sociedad humana y no nada mas dentro de un reducido circulo social.

Un hombre, joven, de regular estatura, de movimientos firmes pero suaves, voz grave y reposada de tez pálida, amplia frente, con anteojos sin arillo y mirada profunda y amable, vestido con traje oscuro y suéter negro llegó a la «Galería de Arte Fernando Ramírez Osorio» para hablar sobre «Humanismo y Arte».

.Su aspecto dio la impresión de ser un intelectual. Incluso parecía un seminarista dispuesto a dar una cátedra.

Esta es la imagen física del pintor Daniel Manrique Arias. Parte de su yo interno estaba plasmado en veinticuatro óleos, ¡que sirvieron de marco a su charla el viernes de la semana pasada!

En el curso de este diálogo con el público, Manrique Arias expresó: «He titulado mi charla Humanismo y Arte porque me he dado cuenta del factor tan importante que es la expresión artística en la existencia de la humanidad y tomó muy en consideración esto, porque el ser humanó no vive nada más para comer, pues entonces tomaríamos el lugar de seres irracionales o simplemente estaríamos vegetando como viles microbios, que cuando ya no tiene carroña que devorar, se tragan así mismos».

El público estaba integrado por estudiantes de pintura, pintores, y personas que, interesadas por las artes plásticas o por curiosidad asistieron a esta charla. Manrique no se situó corno el mejor, el non plus ultra de los pintores. La tónica dé su exposición verbal fue mesurada y concisa.

«No puedo. —dijo—, no me es permitido, en calidad de ser existencial, dejar pasar inadvertido el mundo que me circunda… no puedo dedicarme nada más a copiar simplemente lo que me rodea y ser un imitador de la naturaleza concreta con todos sus objetos y formas…

«…considero que detenerme en esas pequeñeces es perder el tiempo, porque los objetos de los cuales nos servimos son transitorios y dedicarles demasiada atención es tener un criterio ínfimo…»

Los asistentes escuchaban atentos, quizás a veces divagaban ante las imágenes que sugieren sus cuadros. Temas tratados en abstracto, con títulos como: Mecanismo sensorial, …y me comunicó que era flor…

La voz de Manrique señalaba: «Pintar no es fácil, pintar no es nada más hacer florecitas, retratos o marinas; pintar es filosofar, es preguntarse qué función desempeña uno dentro de la sociedad humana y no nada más dentro de un reducido circulo social».

Fernando Ramírez Osorio, a su lado, también escuchaba los conceptos del joven pintor, quien al terminar dijo: «Considero que el artista en su función como tal, debe estar desligado totalmente de cualquier influencia, no debe comulgar con ninguna doctrina que limite su capacidad intelectual para así poder tener libertad absoluta de criterio de espíritu y moral para poder comprender con más profundidad los problemas humanos y poder comunicarse como lo que se es: Un ser humano».